martes, 12 de mayo de 2015

CRONIQUEO: De Cómo Evito El Infarto A Una Profesora De Español

Durante la feria del Libro tuve una participación sobre la estructura de Las Mil y Una Noche en el pabellón de Talleres Literarios. En el lugar había miembros de la red de Talleres Literarios de Azua, del taller literario Altazor, dos Talleristas de Esquina Borges, unos estudiantes universitarios con su profesora de español y otros feriantes. Introduzco mi participación de un modo informal, elogiando la obra. Luego cuento un poco de la trama general de Las Mil Noches y Una Noche. Explico brevemente que me baso en la traducción al español que tengo de la versión hecha por Mardrus. También me refiero a que Las Mil Noches se escribieron a lo largo de varios siglos. Me detengo en la “Historia del Jorobado, con el Sastre, el Corredor Nazareno, el Intendente y el Médico Judío”. Digo que esa historia está en el primer volumen, la narro un poco y hablo de los cambios espaciales, de realidad y los encuentros existentes entre las historias injertadas por los personajes de la historia que cuenta Scherazhade. Escucho la risa de Emmanuel Peña, frente a mí, a la derecha. Cito una conversación sobre el Capote de Gogol y Las Mil Noches. Leo algunas notas de la lectura comentada que estoy haciendo de la obra: “El sastre, tras terminar la historia que según ha contado le contó el barbero, crea la posibilidad de volver a reunir distintos espacios temporales de ficción al encerrar al barbero en un cuarto con ratas; de este modo el sultán de la China puede pedir que se lo lleven a palacio para conocerlo. Y aquí vuelve a notarse cómo en Las Mil Noches y Una Noche en cada historia se preserva la vida lo mejor posible, y aunque a cualquiera le cortan la cabeza o lo desmiembran sin muchas ceremonias y a cuenta de bastantes lágrimas quizás, siempre que puede llegarse a un final alegre, se opta por este. El hecho de que el barbero pueda ir a palacio da la oportunidad de que tanto Schahriar como Doniahzada y nosotros dudemos de lo que hemos creído del barbero; hasta el momento pensamos que no es más que un viejito impertinente, charlatán y sin vergüenza, e incluso hemos querido arrancarle la cabeza y justo en ese momento hay una vuelta de tuerca, el barbero se agacha a revisar al jorobado, estalla en carcajadas, le da a oler unas esencias, hurga con unas pinzas hasta sacarle lo que le tiene atorado y fruto de su ciencia, cosa que no pudo hacer el médico o ninguno de los presentes, hace que el jorobado vuelva en sí, no sin antes explicar como de pasada que no hay ningún difunto, que tiene el alma aún en el cuerpo. Con este acto, el barbero salva la vida a todos los condenados a muerte, da pie a que se escriba una larga historia en los anales del reino y se granjea la amistad y los favores del sultán de la china; de igual manera nos hace arquear las cejas y preguntarnos dónde está la verdad de todo aquello.” Paso al tratamiento que en Las Mil Noches se hace del tiempo. Empiezo por referirme a cómo cada historia inicia situándose en un plano temporal que justifique a Scherazhade. Cada historia en Caja China a su vez inicia situándose en el tiempo. Digo que en la obra hay varios espacios temporales y que todos se suman para que tenga impacto la referencia a las noches y el número mil. Hablo de cómo muchas de las historias que narraba Scherezhade al rey tienen en sí mismas guiños que podrían indicar al lector cuál es el final esperado por la narradora. Esos guiños, digo, también podrían ser sugerencias para el rey. Cuento del erotismo constante, de la función casi de voyeur de la hermana de Scherezhade. Suelto otro montón de detalles sobre la historia, para luego dar paso a las preguntas. Emmanuel pregunta si considero que Las mil y Una Noche es un cuento, una novela o una corriente y que de ser uno de esos si considero justa la comparación con El Capote. Quedo corto con la respuesta. Más o menos digo que la obra es una compilación de cuentos enmarcados por la historia de Scherezhade. Comento que no es una corriente, en principio porque no es enteramente de una época determinada. No recuerdo si en la respuesta incluyo que en dimensiones no pueden compararse Las Mil Noches y El Capote de Gogol. Lo que sí expreso es que considero que sólo con la historia del jorobado hay en Las Mil Noches para superarlo. Emmanuel comenta algo que he olvidado. Por un momento creo que no habrá más preguntas. Me dispongo a despedirme y dar las gracias, quizá, por la atención. En ese momento, Héctor Santana, coordinador del pabellón, toma el micrófono y dice que hay una profesora que quiere hacer una pregunta. La profesora se presenta, nos cuenta que da clases de español en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y que anda con estudiantes de distintas carreras que están en su sesión. Luego se disculpa por lo que me dirá. Explica que si no me lo dice podría darle un infarto. Empieza a contar que existen distintos niveles de habla, unos para usarlos cuando se está en confianza y otros en momentos cultos. Nos informa de que la feria del Libro es un evento cultural al que van maestros con sus estudiantes y del que se espera un aprendizaje en sus actividades. Considera que sus estudiantes no aprendieron nada sobre ese clásico de la literatura y que mi modo de hablar no fue apto para un espacio tan culto como aquel. Cuando termina con lo referente a mi modo de hablar continúa diciéndome que siempre que se analiza una obra literaria hay que decir cuál es su autor, su época y la corriente literaria a la que pertenece. Vuelve a referirse a mi informalidad . Repite que la disculpe, pero que si no me decía eso podría darle un infarto. Emmanuel dice que quiere hacer una pregunta. Le hago seña con la mano de que antes quiero responder a la profesora de español de la UASD. Le doy las gracias por sus observaciones. Explico que bien podría haber hecho una ponencia engolando la voz, pero que yo prefería una sesión más conversacional, que motive a la lectura de la obra, no que aburra como me aburriría yo en una conferencia como la que ella sugería. Le dije también que como el título de la actividad hablaba sobre la estructura de Las Mil y Una Noche y una lectura de este tiempo, no me pareció necesario hablar de los datos bibliográficos. Le dije que consideré innecesario decirle que la primera traducción del árabe al español la hizo cansinos Assens y luego la que hace poco reeditó Atalanta. Le recordé que al principio había hecho referencia a que en el siglo XVIII Galland hizo la primera traducción que se conoció en occidente. Cité la traducción de Mardrus y la del coronel Burton. Repetí que como esa no era la idea del evento, me pareció innecesario resaltarlo . Después le di paso a la pregunta de Emmanuel: Beltrán, tú eres comunicador, no profesor de español en ninguna universidad ¿A qué edad supiste que Las Mil y Una Noche es una obra anónima? A mi izquierda una de las integrantes de Esquina Borges exclama: ¡El diablo! Otra se ríe. Los abanicos zumban en el pabellón. ¿Yo? Contesto.

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viernes, 8 de mayo de 2015

CRONIQUEO: Cansinos Assens En La FIL

Un par de contactos de facebook hicieron publicaciones sobre los libros que habían encontrado en la caseta de Amargord Ediciones. Decían que había mucha poesía, incluyendo una compilación de poemas de Gertrude Stein, también que la atendía un español muy buena gente que hacía recomendaciones de acuerdo a los gustos. Con Ricardo Cabrera fui a la caseta, él ya la conocía. Ahí nos atendió el español, un sujeto más bien alto que contestaba todo precedido de la palabra “Macho”. Preguntamos por poesía oriental: Macho pues aquí tengo una antología de poesía japonesa. El libro es genial. En un ataque de emoción me dio por pensar en Murasaki Shikibu, pero no, tenía haikus sólo de 1700 en adelante. Volví a preguntar por poesía oriental, esta vez especificando que buscaba poetas persas: Macho pero es que no se puede tener todo. Luego pregunté, aún sabiendo la respuesta, si tenían la traducción de Las Mil Noches y Una Noche que hizo Rafael Cansinos. Ricardo me dijo que yo sabía que eso no estaba ahí: Macho, pero ¿Cómo conoces tú a Cansinos? Yo tengo todo de él. Le expliqué que buscaba esa traducción de Las Mil Noches y una Noche desde hacía un buen tiempo. Él contestó que era dificilísima de conseguir. Dijo que tenía libros de cansinos que ni siquiera su hijo había encontrado: Si quieres pásate en un rato y te cuento la vida completa de Cansinos. Me la conozco completa. Incluso sé cosas que ni su hijo sabía de Cansinos. Antes me había preguntado si sabía algo de su vida. Le conté de su disputa con Gómez De La Serna y de las reuniones de los ultraístas en bares nocturnos: Macho, lo que pasa es que Gómez de La Cerna se peleó con todo el mundo. Pero pásate en un rato que te cuento todo sobre Cansinos. Salimos de Amargord con la antología de poesía japonesa, el libro de Gertrude y La Cazadora vibrante de expectativa. En Café Bohemio estuvimos un rato. Otro español hizo una presentación sobre el Centro Cultural de España. Luego regresé a la caseta de Amargord. La caseta era visitada por mucha gente. A veces contestaba el español, otras veces alguno de los ayudantes que tenía. Sentado en una silla improvisada no terminaba de creer que en Santo Domingo a alguien le interesara Cansinos: Macho es que en este país no se lee. Lo tenéis difícil los lectores. Contó que en España casi no aparecen las obras de Rafael Cansinos, salvo en las librerías de viejo. Habló de las traducciones que tuvo que hacer para sobrevivir durante los días de la segunda guerra mundial: Él no pudo irse del país como hicieron otros artistas. Se quedó escondido. ¿Tú sabes que él era judío? Volvió a decirme lo difícil que eran de conseguir sus libros. Yo pensaba en cómo encontraría mi traducción de Las Mil Noches y Una Noche: Él tradujo a Goethe, todo Dostoyesvky. Cinco mil páginas de cada uno. Yo le pedí permiso al hijo para publicar uno de sus libros, pero me dijo que con una editora estaban editando su obra completa. Es medio gilipoyas el hijo. Una muchacha compró el libro de poesía japonesa que antes compré yo. Otro preguntó por cohélo: Cansinos se casó con su asistente estando muy mayor. Tuvo un solo hijo. Cuando el español volvió a decir que tenía todo lo de cansinos le pregunté si me vendía Las Mil Noches y Una Noche: Macho, pero es que no la vendería por nada. Con el trabajo que me ha costao conseguirla. Salí de la caseta con la sensación de que Rafael Cansinos se ponía más complicado. También con el mote de Cansiniano. El español repitió que un lector en Santo Domingo lo tenía muy difícil, sobre todo uno al que le interese cansinos assens. Esa noche alguien dijo que había visto Las Mil Noches y Una Noche en la caseta de José Libros. Resistí la tentación de ir a ver qué edición era. Ricardo me dijo: ¿Tú estás claro que esa no es la que buscas? Y sí, yo estaba claro. De todos modos tuve que ir a averiguar. El vendedor de José Libros me dijo que su edición era la más reciente de las publicadas en España. Pregunté si era traducida del árabe al español u otra. Dijo que era del árabe. Por un momento me alegré. No era la de cansinos pero podía ser la de Atalanta. Confirmó que era de ediciones Atalanta. El vendedor se negaba a que destapara la caja en la que estaban los volúmenes: Es que si lo destapan y no lo compran yo no puedo venderlo pa’lante. Sí, pero si la compro y no es la que busco, no me devolverás el dinero. Ricardo tenía la caja en las manos. Por ningún lado aparecían los datos editoriales. El vendedor repetía que era la edición más reciente de Atalanta. Ricardo volteó la caja. En la parte trasera decía: Traducida del alemán… No lo dejé terminar. Esa traducción yo ya la conocía y ni por asomo era la más reciente ni la publicada por Atalanta, menos la de Cansinos. En una conferencia sobre la “felicidad”, dictada por Enrique Verástegui pasé frente a un asiento en el que se encontraba el español. Mientras pasaba a su lado me saludó con un: ¡Adiós cansiniano! Me pareció que se reía porque aún no hallaba ni hallo mi traducción de Las Mil Noches y Una Noche. Otro día el español me alcanzó a ver cerca de su caseta, me llamó para que le diera el correo electrónico y mantener el contacto: Macho a ver si te escribo, cualquier cosa, sobre Cansinos. Mientras tanto leo mi traducción de la traducción de Mardrus y busco como Daulmacán. Ojalá el profeta, con él la plegaria y la paz, me beneficie como a muchos personajes.

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domingo, 29 de marzo de 2015

CRONIQUEO DE BACHATA EN LA ZONA

Las bachatas viejas que oí en la guagua que me llevaba de Don Juan a Santo Domingo me parecieron en principio una premonición de la noche. Y en un momento, el perfume alcoholizado de un pasajero insinuó un desmadre de aúpa. Llegué a la parada del metro, un carrito y 30 minutos después caminé Conde abajo hasta la calle Isabel La Católica, habría tertulia Bachatera: “El último eslabón perdido en la casa de empeño de un músico en amargue”. En La Isabel La Católica tuve que hacer un rodeo para sortear la construcción, darme en la frente con el cable extensor de un poste de luz y tropezar con uno de los desniveles. “Ven a llevarte, que la calle ‘tá muy rota y tú no va podé llegá”, me dijo Carlos el panita que vende collares y discos a los turistas. Cruzamos un pedregal, varias plataformas de madera. Le dimos paso a un racimo de estudiantes gringos que atravesaban el senderito por el que tendría que pasar. Finalmente ahí estuvo el Museo de las Telecomunicaciones. Al entrar: Una bachata de Teodoro Reyes suena en el salón. En pequeños muebles unos pocos asistentes, entre ellos el italiano bachatero que le hizo un homenaje a Robin Cariño y cantó con el poeta Ramón Torres. Gente a la que tenía tiempo sin ver y un trago del licor de rosas que venden los chinos. De Teodoro las bocinas pasan a Leonardo Paniagua. Son las siete y media, ya sé que uno de los expositores no vendrá y que el otro aún no ha llegado. Entre tanto, Edwin Castillo presenta a los presentes a un bachatero aún desconocido, más gente se deja caer por el saloncito. Poco a poco se llena el espacio y en las conversaciones ha salido varias veces la vida de los cabarets y viejas conchinchinas en las que la bachata tuvo sus inicios. Llega Joaquín castillo justo cuando Ricardo cabrera iba a comenzar su exposición sobre Luis Vargas. Joaquín saluda, todos sabemos que tenía la única excusa que en el mundo valida sin discusión una tardanza. Con él se unió Reina Lissette a los asistentes. Con los dos expositores listos para una suerte de jameo, quedaba solo tertuliar. Joaquín habló de Marino Pérez, el desgarre de su forma de cantar, la vida bohemia que tuvo. Ayudado por Edwin contó de la vez en que un productor le pagó uno de sus álbumes con más de mil botellas de ron. Citó algunos recursos poéticos utilizados por Marinito, la costumbre de armar historias cotidianas con una mujer o un compadre de bebidas: “Tráiganme otra botella a ver si encuentro en ella el trago de olvidar”. Ricardo comenzó su lectura citando a Gadamer, habló del ápeiron y cuatro kilómetros de argumentos más tarde dejó caer como un puñetazo su análisis de El Loco de Luis Vargas. Habló de epopeya, amor a lo Tristán e Isolda, recursos musicales, la guitarra laser y la evocación de Los Trabajos y Los Días que sugieren las peripecias del cantor. Al concluir, Edwin habló otra vez del cabaret como impulsor del baile de bachata. Y ahora no me acuerdo si aquí volvió a presentar la representación de las estatuas vivas que antes de Ricardo hicieron una interpretación de bailadores de bachata. Las estatuas con más movimiento de las que nunca antes tuve noticia. Lady Laura a mi lado me comentaba lo que hacían, como caminaban y bailaban: “Un fenómeno de estatuas”. Después Edwin habló otro rato sobre importancia del baile, del cabaret, como volvería a hacerlo en todas sus participaciones de la noche. Presentó al italiano, quien contó su historia con el género, habló de Trujillo, de la marginalidad que sufrió en cierta época la bachata y quedó de participar otro día en una tertulia concierto sobre ramón Torres el poeta. Otra vez Edwin moderó. Un sociólogo resaltó la importancia de que dos poetas como Joaquín y Ricardo se interesaran en hablar de bachata. Aunque no recuerdo si fue antes o después del italiano, tampoco importa mucho el orden. Lo que sí dijo es que otros ritmos tienen sus poetas, el son a Nicolás Guillén y la salsa a otro poeta que no escuché. Nunca dijo quién es el de la bachata. El sociólogo siguió una crónica sobre los antecedentes del género, contó que bachata antes significaba fiesta, bebedera, música improvisada. Habló de la Cueva de las Golondrinas que quedaba cerca de donde hoy está Plaza España, ahí, dijo, se reunían músicos a cantar con sus guitarras.. Entre el sociólogo y el italiano Lady Laura que suele tener la palabra precisa para cada tapón suelto me preguntó: “¿Y a qué hora empieza la tertulia?” Yo río, Edwin presenta a Álex Núñez u otro apellido que no recuerdo: “Yo no sé mucho de bachata. Yo siempre me junto con los roqueros y músicos de jazz, pero Edwin fue el otro día al programa que yo conduzco, Música Maestro y me contó un poco la historia de este evento y de la bachata”. Mientras Álex introducía su participación alguien al fondo a mi derecha susurró: “Wwannabe ”. Él no escuchó, siguió contándole al público su desconocimiento sobre bachata, pero el valor que tenía aunque él solo escuchara música en inglés, fuera escritor, hiciera documentales, latin jazz y afro jazz. Después resaltó lo lejos que había llegado la bachata, citó a Romeo. Intenté hacerle una aclaración caritativa, él resaltó entonces el valor internacional de romeo. Creo que intentaba plantear el nuevo
betselerismo
musical. Después habló del cine, se detuvo en el currículum de Laura Amelia Guzmán. Narró la historia de varias películas de Laura, hizo énfasis una y otra vez en lo importante que era Dólares De Arena: “Yo creo que dólares De arena fue la película más importante que se hizo en este país en 2014”. El tipo que escuchaba desde mi asiento, a la izquierda de Lady Laura, tamborileaba con los zapatos en el piso y le preguntó: “Loco ¿Cuál es el punto?”. “Ya voy a llegar al punto”. Entonces contó cómo la película había llegado a países en los que ni Juan Luis guerra había pisado. Hizo un poco la historia de la hija de Charlie Chaplin. Lady me dijo: “Esto está casi vacío, todo el mundo se está yendo”. Luego Álex llegó al punto, en Dólares De arena se utiliza la música de Ramón Cordero en la banda sonora. Hizo ahí un alto para regresar a Romeo: “Lady vámonos de aquí”. Cogí mi mochila y salí junto a Lady. Afuera Ricardo, Joaquín, reina Lissette y otros comentaban el éxito de la tertulia que acabó sin llegar a ser tertulia como tal. Pero en serio, el licor de rosas sabía bastante bien y ahí hacía una brisita muy buena. El eslabón empeñado de la cadena del bachatero, seguro que se perdió, por lo menos ahí. Luego en el parque duarte alguien mitificó a un ciego que preguntó “¿Cuál es el punto?”, se paró y se fue.

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miércoles, 22 de octubre de 2014

LA COMUNICACIÓN ESTRATÉGICA COMO QUIEN LEE UN LIBRO

La comunicación estratégica ha de verse como la construcción de una historia. Precisa contar con unos elementos definidos antes de iniciar el proceso de escritura. Estratega tal cual lo veo, significa crear o construir complicidades. El resultado del entramado que el comunicador levanta alrededor del objeto de su estrategia servirá para que las audiencias –internas y externas- participen, sean cómplices de los resultados finales. Pero esta complicidad, igual que en un buen guión, responde a un largo proceso de participación y no a una técnica abrupta. Para llegar al punto en el que las audiencias comparten los logros de objetivos, y como ya hemos hurtado de la literatura el concepto de “Lector Cómplice”-Audiencia Cómplice-, utilizaremos algunos ejemplos de escritura creativa para describir el proceso de elaboración de un plan estratégico. Antes de introducirnos en el desarrollo de nuestro plan convendría saber qué es un comunicador estratégico. En la clase de dirección y Planificación Estratégica veíamos algunas características que de acuerdo con ciertos estudios comunicacionales delínean el perfil esperado del comunicador de este tiempo. Sí, suena a trucos de revista para leer en el salón, pero este perfil existe. Entre los rasgos que se espera tenga todo profesional de la comunicación corporativa están: - Creatividad. Un individuo que pueda sorprender o birlar la atención de sus audiencias y salir al paso de las crisis con cierta frescura y con la empresa rebosante de gerundios de evolución y desarrollo. - Compromiso. Alguien que ofrezca una imagen de permanencia y con capacidad de involucrarse en el engranaje de la empresa para la que hace comunicación. - Flexibilidad. De horario, de movilización, incluso de posturas. Liderazgo. Para lidiar con el trabajo en equipo. Hay otras muchas competencias que a decir de las discusiones y las lecturas el comunicador precisa. Por ahora nos detendremos en estas para como en la creación de un personaje, delinear los rasgos puntuales de este y justificar sus acciones a posteriori. Lo que indica que el modo de conducirse de la persona que hace comunicación estratégica dependerá en gran medida de qué tanto haya desarrollado las capacidades anteriores y las que como ser humano y profesional le distingan. Estas dos últimas, son tal vez, lo que diferencia al comunicador humano de una mera construcción estandarizada de herramientas mecánicas para hacer comunicación; DISEÑO DE UN PLAN Al inicio decíamos que antes de un escritor o guionista ponerse a escribir, había elementos que tomaba en cuenta previo al desarrollo de su historia. Estos criterios tienen que ver sobre todo con los objetivos o el punto hacia donde el artista quiere conducir su trama. En caso de la planificación estratégica, funciona del mismo modo. Antes del comunicador resolver necesidades comunicativas de una organización o empresa planifica en función a sus objetivos. Mientras en literatura o cine los objetivos dependen de lo que quiera promover el autor, en comunicación dependerá en casi todos los casos de lo que necesite proyectar la empresa. El comunicador a diferencia del narrador, desprende sus objetivos comunicacionales de la misión y visión que posea la entidad para la que trabaja. Pero previo a la definición de objetivos hay una parte del proceso que tanto escritores como estrategas tienen en común: La Investigación. Investigar previo a escribir un cuento o un plan de comunicación permite la realización de un diagnóstico. Úrsula K. Le Guin cuenta en el prefacio a su libro “Los Cuentos De Terramar” cómo tuvo que investigar en mapas y viejos libros para poder crear las historias de unas tierras que no existen. “Cuando se construye o se reconstruye un mundo que nunca existió, una historia enteramente ficticia, las investigaciones son de un orden un tanto diferente, pero el impulso y las técnicas básicas son bastante similares. Se observa lo que sucede y se trata de ver por qué sucede, se escucha lo que la gente de allí tiene que decir y se observa lo que hacen, se piensa seriamente en todo esto y se intenta contarlo honestamente, de modo que la historia tenga peso y sentido”. Le Guin, Úrsula. Aunque para Le Guin este método de investigación es propio más de los escritores de fantasía y ciencia Ficción, al comunicador le aplica bastante. Los métodos de investigación del estratega sugieren en todo momento un contacto con aquellos que intervienen de un modo u otro en el entorno de la empresa. De manera que nos interesa la vida de los clientes, de los competidores, las legislaciones existentes, los precios, la situación social y política, lo que piensa y necesita la gente. Todo cuanto de un modo o de otro influya en la manera de consecución de los objetivos, interesa al investigador. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de crear o recrear un mundo que aún no existe o que no marcha tal cual quisiéramos. En otras palabras, construir o reforzar la imagen de la organización en este caso es la creación del mundo que cita Úrsula. Una vez la información ha sido compilada lo acertado es organizarla, transformarla de datos sueltos en informaciones funcionales. O sea, el resultado de entrevistas, encuestas, grupos focales, observaciones debe ofrecer parte de la carnadura de esa historia –plan- que estamos diseñando. En el diagnóstico descansa todo el peso de la masa muscular y tejido nervioso de la planificación. Un diagnóstico definido con claridad, partiendo de una investigación lo más profunda posible, viene a ser como el Adamantium en el esqueleto del Wolverine. Es decir, proporciona la materia más resistente y menos falible para la obtención de resultados satisfactorios. Raúl H. Bisio en el prólogo del libro “La Investigación En ciencias Sociales” sintetiza lo anterior cuando dice que cualquier abordaje epistemológico que intente realizarse partiendo de criterios de un absoluto a priori lleva la simiente de una peligrosa deriva dogmática. Dicho de otro modo, un estratega de comunicación que parta de una idea preconcebida en la planificación de su estrategia, corre el riesgo de estrellarse contra los muros del fracaso. Con la investigación no ha finalizado el proceso. Esta fue solo la caminata que despertará las musas. Y como ya contaba Faulkner, las musas son solo el trabajo continuo de un escritor, la inspiración no existe. En la planificación estratégica tampoco existen las musas ni las inspiraciones celestiales, cada elemento del plan responde a criterios pensados y trabajados con antelación. El estratega no despierta a media madrugada en su cama con la idea genial que le hará posicionar una empresa o revolucionar la cultura organizacional de una institución. Si llegase esta idea fabulosa, nunca sería venida de la nada sino de los meses de investigación y discusiones con tomadores de decisiones. Los Tomadores de Decisiones son otra pieza importante en el tablero que arma el estratega de comunicación. Ya se ha dicho en todas partes, pero como un lugar común necesario, hay que repetirlo: NO sirve de nada el mejor de los planes de comunicación si los directores o quienes poseen el poder no apoyan las estrategias sugeridas. Un plan sin apoyo es menos efectivo que Súper Man en una mina de criptonita. De ahí que la capacidad de persuasión del estratega resulte una habilidad de gran utilidad y valor. Para la elaboración de un plan no existen recetas infalibles. El diseñador del plan ha de tomar los elementos que le den el resultado esperado. Si un narrador entiende que el uso de flash Back o contrapunto o diálogos telescópicos es la mejor manera de contar su historia está bien, pero el escritor nunca podrá decir que tal o cual técnica es la fórmula correcta para hacer las historias con mayor atractivo y funcionalidad posible. De modo que mientras a Balzac le daba resultado iniciar sus novelas con largas descripciones de lugares y personajes, a Andrés Caicedo hallaba más práctico poner a un personaje en una situación directamente. Y ambos narradores tienen mucho poder narrativo. Así, un comunicador puede entender que la base de su estrategia debe centrarse en un modelo de plan que siga solo cuatro pasos y otro en un estilo de ocho; dependerá todo de qué quiera obtener y cuales hayan sido las necesidades identificadas con anterioridad. Lo que sí debe haber en toda planificación es un diagnóstico, unas estrategias con sus acciones calendarizadas, un presupuesto y la evaluación. Estos elementos son tan fundamentales como en una novela debe haber personajes, trama, conflicto y palabras. La diferencia fundamental es que una vez terminada la novela, el novelista no inicia desde cero otra vez. Cuando Rulfo publicó Pedro Páramo se dedicó a la fotografía y no volvió a escribir, las historias que se crearon a partir de ahí fueron las que contaron sus lectores, no las líneas creadas por el autor. En los planes de comunicación con la evaluación final vuelve un diagnóstico y nuevos objetivos y estrategias y resultados esperados, así hasta iniciar de nuevo. La imagen quizá adecuada para representar lo que sucede con las estrategias de comunicación es la del “Samsara”. El samsara es la rueda de la vida, en ella debemos girar hasta en una de las reencarnaciones alcanzar la iluminación rompiendo esta al llegar al “Nirvana”. Sin embargo, mientras no se alcance esa perfección, en nuestro plan de comunicación también hay que vivir o permanecer en el Samsara hasta tanto llegue el “Nirvana Corporativo. Se me ocurre que el Nirvana Corporativo lo mismo puede ser el alcance de un estadio de bienestar de la empresa con audiencias ideales, en las que todo marche por sí solo. En su defecto, la ruptura del samsara Corporativo puede ser el cierre de la organización, la pérdida absoluta de apreciación por parte de los públicos. En resumen, aunque el Budismo apueste a la ruptura del Samsara, en la comunicación estratégica iniciar y reiniciar puede convenir más que la llegada al Nirvana.   Cultura y filosofía Organizacional La filosofía organizacional se compone de Misión, Visión y Valores Institucionales. Es ¿qué hace? ¿Para qué lo hace? ¿Con quién lo hace? ¿Hacia dónde va? ¿Cómo lo hace? Y el punto al que pretende llegar la empresa. Una organización que no posea establecidos con claridad tales aspectos de su estructura posee grandes dificultades para orientarse en una dirección y para ofrecer la imagen corporativa deseada u óptima. El caso es similar al de los personajes de una historia. Si estos desconocen qué les impele a la acción, por qué o para qué caminar, ese individuo no posee una vida y acaba siendo la caricatura de la confusión. Las motivaciones, en narrativa, llegan por razones en apariencia aleatorias y sin embargo, en todos los casos responden –como en las empresas- a una necesidad puntual. Mogli identifica la necesidad de hallar las semejanzas que con los hombres posee y tras mucho vivir entre animales de la selva emprende un camino final que le lleva a convivir en la casa de una mujer. Taran el vagabundo descubre que no sabe cuáles son sus orígenes y empieza a recorrer las tierras de Pridaim en busca de sí mismo y algo que le haga tener una imagen positiva ante el rango de la princesa que desea para esposa. Una organización tras un análisis de su estructura identifica que visión y misión no representan lo que pretenden obtener en realidad sus directivos. Llegados a este punto, emprenden la investigación a lo interno y externo de la institución que le permitirá redefinir su ruta de acción. En el caso de la organización, al igual que a Mogli y a Taran, sus experiencias anteriores le servirán para marcar la ruta idónea para realizar las acciones que permitan cumplimentar los objetivos. Visto bajo el prisma que acabamos de manifestar, una organización tiene más cercanía con los personajes épicos que con los anti héroes solitarios. Sobre todo por la necesidad que todo héroe de aventuras épicas posee de un equipo de apoyo que supla sus carencias. Así, el comunicador estratégico en todo momento precisa contar con los personajes que agilizan el camino que ha de recorrer la organización para obtener una imagen corporativa acorde con los objetivos planteados en el plan. Una vez definidas las motivaciones de la empresa, en este caso nuestro personaje, hacerle caminar puede parecer sencillo. Sin embargo andar por andar no ofrece resultados para nadie, de manera que es preciso tener un punto ideal; en lo que nos compete, una Visión. Cuando Atima Silencio en “El Espejo Africano” escapó de la hacienda en la que era esclava de un hacendado argentino tenía definida su visión: La Libertad. Tras su escape fue perseguida y anduvo caminos escabrosos; entre una peripecia y otra, obtuvo su carta de liberación. Contrario a lo que atima pensó, su libertad no inició con aquel papel, porque entonces empezó a ser esclava de sus necesidades y de los prejuicios, momento en el que tuvo que redefinir el significado de lo que en verdad quería alcanzar y lo que significaba ser libre. Una organización sale a camino, marcha con buen pie, superando hora un reto por acá, hora un desafío y obtiene algo muy similar a lo que plantea su visión. Pero, a pesar de que se parece a lo ambicionado, su situación se debilita por no haber valorado la magnitud de lo que poseen y es preciso replantearse lo que busca en realidad la empresa. La filosofía de una institución facilita el tipo de decisiones que ha de tomar, también el modo en el que ha de conducirse su personal. Si el Pelida Aquiles no tuviera dentro de su código de valores la lealtad y el honor, este no hubiera salido a combate cuando Héctor mató a su amigo Patroclo en la guerra de Troya. Los valores de una empresa, de ser tomados en cuenta con seriedad, justifican y preceden cualquier acción de esta. Otros elementos que deben ser tomados en consideración por el comunicador a la hora de elaborar su plan, son el análisis del entorno y el análisis de los públicos.<a href="http://www.analisisdemedios.com/branding/BrandingCorporativo.pdf"> Paul Caprioti entiende que los públicos o las audiencias son el principal elemento a tomar en cuenta en la planificación; estos son internos y externos: En un mundo mágico hay una amenaza latente, un peligro que pone en riesgo la estabilidad de los mundos. Pero hay una esperanza, una herramienta que utilizada de un modo estratégico puede liberar a la humanidad de ese peligro. Hablamos sin lugar a dudas de Harry Potter. Para que Harry pueda ejecutar la misión de héroe y vencer el peligro que significa Boldemord él debe identificar quienes son Mortífagos –aliados de su enemigo-, quienes son sus aliados, quienes simpatizan con él, quienes no y quienes son neutros. Si Harry es la estrategia de nuestro plan de comunicación, esos “quienes” forman el público que como empresa u organización debemos conocer. Saber cuáles son sus posturas nos ayuda a precisar cómo dirigir nuestros mensajes y cuales actitudes tomar ante ellos.

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lunes, 23 de diciembre de 2013

EL PODER VISTO A LA LUZ DEL DELANTAL BLANCO

El delantal blanco, de Sergio vodanovic, presenta una historia en la que los personajes, más que representar una situación de la Cotidianidad son la alegoría a los elementos sociales que se desprenden de la conciencia del poder. La división por clases a partir del nivel socioeconómico es, puede decirse, la estructura sobre la que se asienta en realidad la idea planteada por el dramaturgo chileno. El delantal viene a cumplir con la función de símbolo visto a través de un prisma semiótico. Esta prenda posee las cualidades que generaciones de hombres y mujeres le han impregnado. Así, su peso social y cultural es tan amplio, que cuenta con la posibilidad de encorvar a su poseedor. Armand y Michele matelart, mientras citan a Focault, explican que el poder produce algo real, es decir, produce dominios de objetos y rituales de verdad (67). Así, un delantal como objeto degrada el valor de un sujeto mientras potencia el valor de otro. Sergio Vodanovic sugiere mediante la voz de una patrona, un juego de roles. De un lado la empleada viste el vestido de la señora, del otro, esta se coloca el delantal de sirvienta. Ese juego podría interpretarse de varios modos, uno de ellos, es que el autor entiende que el traspaso de poder de una mano a la otra no implica necesariamente un cambio en el modo en que se establece el orden social. Vodanovic es más explícito cuando en labios del caballero distinguido dice, “El orden está establecido. Al final, siempre el orden se establece” (24). Queda como hecho irrevocable en el momento que los jóvenes se llevan a la mujer que en principio fue la señora, mientras esta resabia negándose a asumir que perdió el dominio que sobre la empleada tenía. La obra facilita el espacio adecuado para entenderla como una tesis contraria a los planteamientos que proponen un cambio en las manos del poder como solución a la inequidad social existente en los distintos sistemas. Vodanovic llega a ser incluso pesimista, pues bajo el entramado de la pieza subyace un cierto signo resignado de interrogación, un ¿Y ahora qué? El concepto visión, tiene para el autor una importancia significativa. Es tal vez el otro elemento al que más relevancia otorga en su función de signo dentro de la obra, y aquí nuevamente surge el ver semiótico. La señora pregunta a su empleada cómo se ve todo mientras se tiene un delantal. La muchacha, que ha llegado del campo, que desea casarse y tener hijos, que lee revistas en las que se narran culebrones de supuesta gente de clase alta, desconoce un modo distinto de ver la vida. Acorde con su experiencia cognitiva, se muestra incrédula a que pueda haber en realidad una diferencia entre mirar como sirvienta y ver desde el puesto de mando. De hecho, la muchacha, una vez se ha puesto el traje de baño de la señora entiende que todo sigue igual, pero es perceptible en ella un cambio inmediato. Lo mismo ocurre a la señora. La mutación que sufren ambas mujeres a raíz del cambio simbólico les induce a adoptar posturas acordes a la indumentaria. De ahí que la empleada dé órdenes a la señora y que esta, sorprendida las acate. El absurdo, irónico, se potencia cuando la mujer que antes se burló de la sirvienta por leer las revistas, ahora les encuentra un cierto atractivo. Y sin embargo, ambas continúan viendo todo del mismo color; en síntesis, igual que antes. Sin embargo, y sin ánimo de contradecir lo anterior, una vez iniciado el clímax de la acción, la señora intenta recuperar su poder. Aún no ha sido expulsada definitivamente de la obra por lo que todavía entiende que el cambio de roles ha sido sólo un juego; de modo que cuando la empleada se insolenta ella reacciona bruscamente, interpelándole. “¿Crees que por estar vestida con un uniforme blanco no van a reconocer quien es la empleada y quién la señora?” (20). La visión como signo se halla también en el modo de ver de la señora. Esta entiende que lo importante en la vida se encuentra en el dinero “Sin la plata no somos Nada” (6). Aunque recapacita para agregar la clase. Como muestra de clase, utiliza al pequeño Álvaro, su hijo, él acaba de patear el castillo de arena de una niña, acto que la señora interpreta como muestra innata de clase y vocación para mandar, llevar de la mano el poder. Un ejemplo más de lo que entiende la señora que es el poder se sugiere en su explicación de por qué lleva a la playa a la joven vestida con el delantal. Para ella, es lo mismo que pasear en su automóvil, o sea, el poder precisa, en este caso, de la ostentación; es un modo de conjuro o invocación. Así, el ser humano que es la empleada, posee valor en la medida que pueda significar o evidenciar el estatus de sus patrones. En último término, respecto a este punto, vodanovic entra en el terreno político con la ironía apuntando al rostro. Muestra en primer plano la realidad social de la sirvienta que con veintiún años desea casarse y está imposibilitada por cuestiones económicas, quizá. En otro plano, la señora explica su concepción del modo de vida de los pobres, quienes a su juicio no necesitan nada, porque les dan tierra y tienen vacas. Como para confirmar su postura, la mujer interroga a su empleada al respecto de la tenencia de vacas El tema, a pesar de ser casi un lugar común tanto en la literatura como en otros ámbitos de la creatividad, cuenta con un tratamiento ligero y lleno de sentido del humor. El absurdo, catalizado mediante el delantal, se impulsa en forma de hipérbole hasta rozar lo fantástico. El momento en que se cambian los roles funge como punto de giro, pero además, ejecuta una maniobra que hace pensar en una muda al nivel de realidad. Otra técnica que incrusta Vodanovic en la estructura narrativa de El Delantal Blanco es la caja china, aunque claro, hace de este recurso un uso a penas sugerido. Presenta la historia que lee la sirvienta en la revista, sin terminar de desarrollarla. En este punto vodanovic hace un doble guiño o alusión literaria, como para incrementar el valor de su creación mediante las referencias. De este modo, la obra en sí es una clara alusión a la novela El príncipe y El Mendigo de Marc Twain. De igual modo, la historia que lee la sirvienta, es una trama manida y folletinesca que aparece en montones de novelas rosa. Y esta doble referencia puede verse como una especie de vaso comunicante referencial en el que se acentúa el significado último de El Delantal Blanco.   Bibliografía Mattelart, armand y Michele. Historia de Las Teorías De La Comunicación Social. París: Le Déscouverte, 1997. Vargas Llosa, Mario. Cartas A Un Joven Novelista. México: Planeta. 1997.

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miércoles, 14 de agosto de 2013

Entrevista a Leonardo valencia y Ana María shua primera parte

José: estamos con Leonardo Valencia. Leonardo es escritor ecuatoriano, pero reside en Barcelona. Hace poco tú diste una conferencia sobre el uso de la tecnología en la literatura y su impacto en la novela. A ti como novelista ¿cómo te influye todo el tema de la tecnología en la novelística actual? Leonardo: Hay una cosa que yo comenté en esa conferencia, que era un poco como el núcleo de lo que yo quise exponer. Había varias ideas. Una de las ideas, era un poco revisar cómo era esta relación de la novela con la tecnología. Un poco lo que yo venía a decir es que la novela siempre ha estado vinculada a algún tipo de tecnología, si consideramos por ejemplo que ya el papel era una tecnología y antes el pergamino era una forma de tecnología y el papiro igual y la imprenta igual. Es decir, la novela como forma literaria, a diferencia de la poesía o el teatro que están fundamentadas en la voz humana o en una escenificación con personas reales, el fundamento de la novela siempre ha sido un soporte. Entonces, dentro de la naturaleza de la novela está esta vinculación a determinados soportes. A veces hay mucha preocupación por el tema de qué va a pasar con la novela con las nuevas tecnologías. Pero, en realidad lo que estamos viendo es que la novela sigue cumpliendo esa función que yo considero mutante. Cuando se habla de que se vive la muerte de la novela y la extinción de la novela, esa es una visión sesgada en un solo momento de su proceso. Es decir, porque la novela, por naturaleza, muere y renace, muere y renace, muere y renace siempre. O sea, su condición es siempre de morir y de renacer… transformarse. J: En estos tiempos se habla mucho de la escritura breve, incluso se hacen concursos literarios sobre un tweet. Todo este tema de escritura rápida, cero adjetivos, ciento cuarenta caracteres ¿no afecta un poco la forma de estructurar la novela en este momento? L: no, porque siempre ha habido escritura breve. Si empezamos a hablar, desde los “haikus” o los “aforismos”, la escritura breve siempre ha dado mucho de sí. Y no todos los escritores tienen que escribir novelas, las escrituras tienen distintos registros. De hecho, lo que yo señalaba era un poco de que en realidad todos estos cambios tecnológicos no hay que mirarlos con desconfianza -entra Ana María en el salón-. Sí es verdad que favorecen la escritura breve, pero se siguen escribiendo novelas y se seguirán escribiendo novelas, y que habrán cambios. Yo creo que hay una especie de interregno cuando empiezan a salir los primeros proyectos de literatura electrónica. Todos estos se dieron hasta más o menos el 2008 o el 2010 en una computadora fija, o inclusive en un portátil, pero era muy difícil la lectura. Los e-readers te permiten ahora llevar a la lectura la mano; y toda la tecnología está apuntando a generar comodidad para leer novelas. Todos estos elementos añadidos de imágenes, videos, audios, son añadidos que en realidad no modifican la condición esencial de la novela. Inclusive, yo recuerdo siempre la famosa expresión de Flauvert, él declaraba en una carta, decía: “Mientras yo viva nadie ilustrará ningún libro mío”. Porque él no creía en la ilustración, es decir, no creía en un añadido a la naturaleza verbal de la novela. Entonces, es verdad que todos estos recursos de las nuevas tecnologías facilitan, dan recursos, pero en realidad no cambia el espíritu de la novela, si entendemos a la novela como este género permanentemente mutante. , De hecho, lo que yo decía en la conferencia que di en el Museo de Arte Moderna, era que el espíritu de la novela está muy vinculado a la tecnología, está muy vinculada a esta mutación. Y además, a otro elemento adicional: la novela siempre fue un género destinado a gente corriente como nosotros; hablando de gente corriente… tratando de abrir, tiene una visión más abierta. Rompe las visiones cerradas del poder y el conocimiento cerrado y se acerca a la gente. Y las nuevas tecnologías De hecho pues un poco lo que están permitiendo es eso. O sea, ya la pantalla no es distante como la época en la que surge la televisión; el televisor era como un oráculo. Desde la época de los video juegos -y yo crecí mientras leía literatura jugaba video juegos- se nos ha invitado con las nuevas tecnologías a entrar en las pantallas. Y ahora eso está muy potenciado con la tecnología 2.0, porque uno escribe en pantallas, entra en redes; entonces hay una dinámica muy abierta. Pero a veces creo que se produce una especie de exagerado dramatismo con todo el cambio tecnológico. Novelas va a seguir habiendo; probablemente novelas en papel se vaya a reducir mucho pero seguirá habiendo formas narrativas. En principio porque yo creo en la novela y creo que tiene mucha fuerza. J: Acaba de unirse a la conversación Ana María shuá, narradora argentina. Ana María, estamos comentando en este momento como las nuevas tecnologías, las redes 2.0 impactan en el modo de hacer literatura de los narradores, bueno, de los escritores de este tiempo. ¿De qué manera usted quizás se nutre de las redes sociales o de las nuevas tecnologías a la hora de su creación? Sobre todo porque Twitter por ejemplo, exige una brevedad en lo que se escribe muy similar a las historias que usted cuenta en sus micro relatos. Quizás no tiene micro relatos de 140 caracteres, pero igual tiene relatos, cuentos muy cortos. Usted se especializa en narrativa breve. A.M. Sí, así es, pero yo no veo, así como Leonardo no ve, relación entre la… digamos, como afecte las nuevas tecnologías a la novela, que afecten negativamente. Yo no veo ninguna relación literaria entre el tweet y el micro relato. El tweet es simplemente una herramienta, 140 caracteres. Un martillo puede servir para crear una gran escultura o para romperle a alguien la cabeza. “Leonardo y José ríen”. Y un tweet puede servir para pasar información, para expresar una diatriba política o para lo que a uno se le dé la gana. Simplemente es una herramienta que permite escribir en 140 caracteres. Nada tiene que ver eso con la literatura. Las formas breves sí existieron siempre. Antes existía el telegrama, por ejemplo. Y de hecho hay muchos micro cuentos de otras épocas porque el micro cuento es muy antiguo, es antiguo como la humanidad. Pero además, en la literatura de autor también hay muchos cuentos brevísimos que tienen ya sus cien años o más. Y te decía que hay muchos de otras épocas que imitan la forma del telegrama. Seguro que a ningún escritor le preguntaban: y ahora que existe el telegrama ¿qué vas a escribir? “Ana María ríe, también Leonardo”. Por lo demás sí, bueno, la tecnología está cambiando el mundo y en ese sentido afecta la literatura. Estamos viviendo en un mundo diferente y que además está cambiando constantemente, día a día; de una manera, para mí maravillosa, extraordinaria. Yo disfruto mucho de la tecnología y obviamente entra de todas las maneras posibles en lo que escribo, porque cambia mi visión del mundo y cambia el mundo que me rodea. Así que cómo no va a afectar lo que escribo. Eso es todo. LV. Hay una cosa que me gustaría añadir. Es que por ejemplo, hay una cosa que es una gran ventaja con la democratización de lo que es la tecnología –que también habría que mirarlo también entre comillas porque a veces no todo el mundo accede a un equipo electrónico-. Pero yo creo que uno de los grandes cambios es la posibilidad de acceder a los textos. Esto sí yo creo que es un cambio relevante en el plano del lector. O sea, esa facilidad de yo poder descargarme un libro, cuando antes era difícil conseguir un libro, eso sí es un cambio, yo creo que radical. Ahora, respecto al tema de la escritura ¿cómo puede afectar? Para un poco acercarme a tu inquietud ¿no? Yo creo que pasan dos cosas interesantes con la tecnología: primero, obliga a una revisión de la tradición literaria. O sea, reordena y nos hace tratar de descubrir que la literatura ya tiene formas que de alguna manera convergían con las nuevas tecnologías. O sea, reactiva un canon literario. Y el otro tema, es si realmente la mirada que aplicamos no es una mirada de tiempo estrecho. Creo que más bien habría que tener una mirada de periodo largo. Es decir, todavía es muy provisional lo que está pasando con la tecnología. Hay un gran investigador “Dan spealver”, que él dijo una cosa que a mí sí me estremeció mucho, y es que él decía que la tecnología de la escritura, vivimos un periodo de transición porque en realidad los teclados van a desaparecer. De hecho, eso spealver lo dijo hace muchos años y cuando ya surgió la Ipad y ya no hay el teclado que tu lo haces emerger si quieres, lo que él ha estado diciendo es que en realidad este romance con el teclado, desde que vinieron los SMS, los chats y todo esto de aquí con la escritura, desaparecerá también rápidamente. Porque toda la tecnología será, la escritura pasará de lo oral a lo escrito. Inclusive el trabajo de corrección será oral con las computadoras. Entonces vamos a prescindir de la escritura. Por lo tanto, decía Spealver, que en realidad lo que se va a volver una alta tecnología será la escritura literaria, porque efectivamente ya de por sí exige una gran formación y muchos años de trabajo. Y entonces esa escritura desaparecerá. Y entonces yo creo que ahora vivimos en un periodo que es demasiado provisional como para sentar categorías absolutas si hay una modificación o no de la literatura. Inclusive, yo iría más allá. Yo creo que lo que va a generar un cambio realmente importante será cuando realmente pasemos a esas nuevas formas de archivación, o de archivo, que es los formatos biológicos. Que ahora suena a ciencia ficción, pero que parece que se está acercando, que nosotros seremos el disco duro de los archivos. Entonces ahí sí va a haber una experiencia cognitiva diferente. ¿Qué va a pasar cuando nos inyecten una novela directamente a nuestra red neuronal? ¿Qué va a pasar con el sentido de la secuencia de duración de la lectura? A mí eso me intriga, o sea, ese es el verdadero cambio. Ahora, pasar del libro de papel a un e-reader, en realidad, no hay mucha diferencia. La cosa es qué va a pasar cuando se abandone el teclado, cuando la tecnología avance bastante y ya uno pueda corregir verbalmente y haya un ordenador que vaya preguntándote por tus correcciones. Y la otra forma de lectura que estoy diciendo, la de la transmisión directa. Yo creo que ahora vivimos un periodo que es de ejercicios y de pruebas, pero hay que abrir la mirada, o sea, hay que abrir la mirada y tratar un poco de verlo con un espectro mucho mayor para no caer en situaciones un poco de dramatización innecesaria. Que viene bien para mover el ambiente, pero que en realidad pierdes de vista el espíritu de la escritura, que siempre ha sido la forma más compleja del pensamiento humano. Y estas máquinas lo que hacen es, tratar de acercarse rozándole los pies a la articulación cerebral. J. ¿Cómo es el lector de estos tiempos? Bueno, vamos, yo no sé si los lectores varían de generación en generación. Yo no sé Ana María cómo era el lector de su generación, el de la mía –el de la mía yo más o menos tengo una idea: un lector rápido, que de repente lee en el celular-. Pero, ¿cómo es el lector desde el punto de vista de ustedes? Por ejemplo tu conduces un laboratorio de escritura creativa, usted ha sido jurado de certámenes literarios ¿cómo es el lector de ahora? Ana María. Por ahora yo no veo que el lector haya cambiado tanto. Digamos, a medida que aumenta la población del mundo y se van incorporando además a la cultura de la lectura y la escritura enormes masas de población que antes eran analfabetas, cada vez hay más y más y más lectores. Mientras el mundo entero proclama la desaparición del libro y del mundo editorial, en este momento todavía la industria editorial está en su apogeo. Nunca se publicaron tantos libros en el mundo como sucede en este momento. El lector no ha cambiado tanto, el lector va encontrando distintas… digamos, lo que tiene ahora son muchas opciones de lectura, mucha distintas posibilidades de lectura y las aprovecha todas. Y en realidad, la gente que compra y lee hoy ebooks son precisamente los grandes lectores, los que leen también muchos libros de papel. Yo creo que eventualmente el libro de papel va a desaparecer, pero entre tanto va a convivir todavía durante muchos años. Y poco a poco se irá convirtiendo en una sofisticación de elite. A los lectores electrónicos les falta todavía algunas cosas para perfeccionarse, sin hablar ya de la inyección neuronal de novelas. -Aquí ríe y mira a Leonardo-. Que todavía no llegamos, pero que bueno, no descarto; ya hemos visto que todo es posible. Ningún escritor de ciencia ficción imaginó la revolución tecnológica que estamos viviendo en este momento, ni siquiera para dentro de 3000 años o de 5000 años. La única objeción que le encuentro yo al libro electrónico es que no se puede hojear, y es, es grave. Sí es un problema grave. Pero encontrarán la manera de que se pueda hacer.

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Felipe Filosofía o Poesía

“Siempre hay un sarcástico materialista dispuesto a estropearnos la fantasía”. Felipe, Quino. Suelo reírme con las discusiones de los teóricos. Discuten por cualquier diferencia de conceptos, y claro, desestiman a quien piense de modo distinto. Mas exactamente es lo que desde la antigüedad sucede con la Poesía y la Filosofía. Platón se inventó un país y dejó fuera a los poetas; nada más. A partir de entonces se han aglomerado las páginas de ensayos, tratados y artículos buscándole razones a la exclusión hecha por Platón. No menos han sido las composiciones dedicadas a ramificar las posibilidades de lucha entre el quehacer poético y el filosófico. Felipe, un niño de siete años, hijo de Quino, zanja la discusión con un método muy de ciorán. En cada una de sus acciones, el amiguito de Mafalda, plantea mediante la poesía sus posturas ideológicas, es decir, expresa lo que piensa sin pretender buscar una verdad arraigada en lo material. Si Felipe estudiara a Platón, o al Freud que acusa a los poetas de irresponsable, quizá declararía: “Tanto acabar a los poetas y al final sus ideas parecen de poemarios”. Por suerte en sus aventuras con el Llanero Solitario no tiene tiempo para estas cuestiones. El niño, con su forma ingenua de ver las cosas duda de las excusas de los adultos, esquiva los prejuicios de los adultos y a diferencia de los adultos, le tiene sin cuidado el uso que hace del lenguaje la poesía o la filosofía. Está más concentrado en la compenetración de su mirada con el universo que lo rodea. Es decir, se decanta más por asumir el mundo desde su prisma que por la búsqueda de una verdad relativa. Aunque claro, Felipe tiene su idea particular de la realidad. Al parecer la ve como un concepto materialista exento de belleza o armonía. Así lo expresa cuando declara: “¡He decidido enfrentar la realidad! Así que tan pronto se ponga linda me avisan”. Aquí no sólo muestra descreimiento ante la imagen de la realidad, sino que la ve como un enemigo a combatir. Desde luego, en más de una ocasión usted y yo hemos decidido enfrentar la realidad, sólo que a diferencia de Felipe, hemos alzado la espada de don quijote en vez de irnos por nuestro propio camino. El ser humano, es por naturaleza, cazador de luchas. Luchó en la pre-historia contra el clima y las fieras, luego contra extranjeros, contra los vecinos y contra sí mismo. Luchar es un ejercicio inherente en el individuo. De hecho, sólo las luchas atraen los cambios que han hecho que las sociedades avancen. Ahora bien, emprender una batalla para decidir si el poeta posee una concepción clara del pensamiento tal como lo esgrime la filosofía, se me antoja una frivolidad y una sin razón. Quizá por eso Felipe expresa un viaje a la luna mientras va a comprar el pan de manteca. O sea, algo tan trivial como hacer el mandado no tiene tanto peso, a no ser que se le dé un valor exagerado. Más importante es observar, hacerse preguntas, pero sin pretender dar con una verdad irrefutable, sino con un elemento que nos haga convivir en coherencia con el entorno. “La disputa entre filosofía y poesía, pienso, se haya tan estrecha debido a que por su naturaleza reflexiva, el pensamiento acude al lenguaje poético para concretizarse. Lo mismo sucede con la poesía, que por la melodía y la reflexión al expresar las ideas colinda con las expresiones de la filosofía. Luego, ambas tienen en común el sentido de búsqueda que en último término define en sí misma al individuo: pensador o artista. La búsqueda de Felipe, su lucha, no es contra la realidad en sí misma, sino con las limitaciones que esta plantea. Por eso asume posiciones orientadas a crear y recrear situaciones, espacios y tiempos desde las ensoñaciones. Justamente esta actitud ante la realidad, es la que critican Freud y los platonianos. También es la razón por la que Ciorán afirma que cree más en la filosofía oriental que en la de los griegos. Felipe y Ciorán van más a la filosofía oriental que a la griega porque tanto a uno como al otro le tiene sin cuidado el descubrimiento de la verdad. Los dos apuntan a planos del ser, superiores al simple encuentro con el saber por saber. Esta es la razón, quizás, por la que con siete años, desprecia la escuela. El desprecio de Felipe por la escuela encuentra una respuesta en la afirmación de Susanita, también creación de Quino: “Es triste echar por la borda toda una vida dedicada al analfabetismo”. Otra posible razón para la animadversión que tiene contra la escuela, puede estar en la cita de Bernard Shaw que hizo facundo Cabral en uno de sus diálogos: “Mí educación fue muy buena hasta que me la interrumpió la escuela”. Facundo también cuenta de un yaqui que conoció en México, en el estado de sonora. Era un nativo que tenía una escuela para desaprender. Probablemente este fuera la educación que hubiera deseado el hijo de Quino. Sin embargo debía enfrentarse cada día a una educación que pretendía estrechar las fronteras de su visión. Justamente la intensión de los filósofos platonianos que entienden que los poetas extirpa la filosofía en sus creaciones. Considero que Felipe puede ser la conjunción que une al pensamiento poético y al pensamiento filosófico. Es decir, la actitud soñadora, desarticuladora de principios o estructuras cerradas, puede derribar la pared divisoria entre filósofos y poetas. La poesía expresa una percepción amparándose en el lenguaje. La filosofía trata de definir las percepciones, valiéndose también del lenguaje. De ahí que en ocasiones haya tan pocas barreras entre los recursos poéticos de los filósofos y los planteamientos filosóficos de los poetas. En Felipe, como es ajeno a todo esto, filosofar y hacer poesía es parte de un cuerpo indisoluble. El epígrafe de estas reflexiones deja claro que Felipe está consciente de la realidad. También muestra que no está dispuesto a dejarse apabullar por ella. Aunque claro, parte de su lucha diaria es contra los Manolitos que intentan encajarle la realidad material en el estómago; así tengan que expulsarlo, por soñador, de un país soñado.

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